Wednesday, October 10, 2007

Política, Whiskey y Cocina / Samuel Bedrich


Desde la cocina y hasta el Zócalo
Samuel Bedrich

Se tomó el tiempo
Han pasado casi dos semanas desde que hice mi último comentario de política en este mismo blog. He de confesar que me tiene sorprendido la velocidad con que se han dado tantos cambios y reformas, así que decidí pensar un poco y dejar pasar nuestro 15 de septiembre para dar a conocer mi opinión.

Con eso de que ya tengo al menos 2 lectores, creo que debo razonar un poco más lo que digo, porque con frecuencia que cometo errores, me ponen unas regañadas que bueno, ni a un quinceañero.


Hoy domingo decidí enfrentar al toro por los cuernos: después de una larga mañana de trabajo, pasé a la cocina para preparar unas deliciosas crepas, y no fue sino hasta que terminé de hacer mi tanda de unas 40, que me senté frente a la computadora, me serví un whiskey y entonces sí, me dije: ¿Por dónde comenzamos?

En días anteriores pensé en unas cuantas frases que usan que implican actividades alimenticias (tragar, tomar, comer, devorar, deglutir…) y que al mismo tiempo son usadas en expresiones cotidianas; quisiera hoy jugar con esto y las últimas noticias.

Primero me tomé mi tiempo: para ello, conseguí un vaso con mucho hielo, después, ceremoniosamente vertí un poco de alcohol en él y dejé que el agua sólida se asentara y así, mientras pensaba qué escribir, tomaba un poco de tiempo con sabor a Jhonny Walker.

Se tragó las noticias
Después me comí las noticias, pero no me las tragué todas. Hay algo que no me convence en todo este asunto de la reforma a la ley electoral: sí, está claro que los gastos de las campañas han sido excesivos, sabemos que superan los expendios que se hacen en el mismo tema en países de economías más fuertes que las nuestras, es cierto que se tenía que regular y que en ese tema los partidos habían recibido las multas más altas… luego entonces, era lógico que hubiera un consenso, pero ¿cómo viene el futuro?

En Francia, por ejemplo, las campañas políticas se limitan a un par de semanas (y en algunos casos sólo a una), pero el sistema electoral es mucho más transparente, la población mucho más informada, y los noticieros diametralmente distintos: allá se informa, acá se emiten opiniones destinadas a convencer al auditorio, no a presentar información.

Hasta donde entiendo, lo único que se modificó es que los partidos ya no pueden contratar tiempos publicitarios, y que a cambio, las televisoras estarán obligadas a garantizar cierto tiempo aire para las organizaciones políticas: en otras palabras, “ya no gastes, que te lo vamos a dar de gratis”. ¿Cómo se supone ahora que esos tiempos serán asignados? ¿El verde ecologista tendrá lo mismo que el PAN? ¿Convergencia recibirá la misma cobertura que el PRD? ¿Qué pasa si yo quiero crear un nuevo partido, quién me asignará el tiempo que me corresponde, dado que no lo podré contratar? ¿Será de acuerdo con los votos obtenidos o el número de diputados y senadores? Lo siento, no me queda claro.

La pregunta clave es qué está realmente cambiando en el fondo. Sí, comprendo que ya no habrá que preocuparse por Amigos de Fox, Lee Ye-Gong, el CEE, los 700 mil espots desaparecidos, y esos anuncios que acusamos de haber tenido tanta influencia en la elección de 2006…

¿Pero acaso están haciendo algo porque López Dóriga le de el mismo espacio y trato a López Obrador que el que dio a Calderón?

¿Es esto una forma de decir: “miren, ya nos pusimos de acuerdo para las elecciones que vienen, pero por lo pronto, no podemos hacer nada por las que pasaron, ya olvídense de si fue fraude o no”?

¿Qué estaremos tratando de reformar en 2009, después de las elecciones federales de medio término, el reparto de los tiempos, o la integración del nuevo consejo del IFE? ¿En verdad hay tantos motivos para festejar?


Intentó deglutir la decepción
Me serví otro Whiskey para deglutir las últimas noticias: pese a la oposición del PRD y algunos panistas y priístas, se aprobó el aumento en el precio de la gasolina. Con razón Hugo Chávez se ríe de nosotros: en Venezuela uno llena un tanque de gasolina de 150 litros con 3 dólares… ese sí es el petróleo para los venezolanos, no como nuestro PEMEX (“la industria de los mexicanos” Si ni siquiera podemos tener precios de país productor)

Casi me ahogo cuando leí en la columna de Enrique Galván Ochoa el comentario de un lector: “Valdrá la pena pagar el impuesto gradual a los carburantes, a cambio de que no se vuelva a gastar en espots con dinero público” ¿Qué a cambio de qúe? Es como si le dijéramos a un adolescente: “te doy dinero para el autobús, con tal de que ya no me robes la billetera para comprar cerveza”. ¿Cuál es la relación entre una y otra cosa?

Y si acaso hubiera alguna, debería ser inversa, ¿o qué parte de la economía, de las matemáticas, de la lógica, de la teoría fiscal o del sentido común, me perdí? Si se va a hacer una menor erogación por gastos de campañas electorales, entonces el gobierno necesita menos dinero, ¿no? Lejos de haber un incremento, lo que debió haberse dado, era una reducción, y que me disculpe el lector mencionado, pero sugiero que lo devuelvan a la clase de matemáticas elementales. A mí, no se me olvida que desde el sexenio de Zedillo, la gasolina se incrementa mes a mes… ¿Quién entiende este país?

Pero no se pudo comer el grito

Lo intenté, pero había algo que tenía un sabor tan amargo que me fue imposible pasarme ese trago: dos zócalos y un infantilismo. Pelear por ver quién tiene el estéreo más ruidoso. Ni en mis épocas de adolescente. Cuando se habla de respeto, de medio ambiente, de reducir la polución (sí, aunque ud no lo crea, los decibeles también contaminan). Dicen que los Sanborns fueron los que más aplaudieron la testarudez bi-gubernamental: vendieron más tapones para los oídos que en cualquiera de las marchas anteriores. Eso sí se podría llamar la Sonora Matancera de la independencia. ¿Qué más estaremos por ver esta semana? Hagan sus apuestas:

1. Nuestro Senado de acción retardada se da cuenta de que al dar de baja a Ugalde cierran un capítulo más en la historia de los fraudes de México y deciden antes hacerle un juicio político

2. El señor Peña Nieto firma un contrato de exclusividad con Paty Chapoy ésta se convierte en comentarista de política (en su segundo programa invita a la bella Elba Esther que por cierto, andaba en el grito, buscandola de Josefa)

3. Don Santiago prepara una obra de teatro de nombre “¿Quién le Creel a Televisa y TV Azteca?”

4. El niño héroe Felipe pide a todos los miembros de su gabinete (y a Espino) que firmen una carta de no-intención de violencia

5. El señor Álvaro Uribe le propone a Chávez que le permita mediar entre él y Bush

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