Wednesday, July 18, 2012

Carta de Belisario Dominguez al Senado (1913), o "cuando la historia se repite"

Encontré esto en un comentario a un artículo de Proceso en que cuentan sobre la reunión de EPN y FCH ayer en Los Pinos, contra todo argumento legal, pues EPN no ha recibido su certificado de haber ganado... ni creo que lo reciba!

RECORDANDO AL ILUSTRE DR BELISARIO DOMINGUEZ: MES DE JULIO; COSAS EXTRAORDINARIAS Y CURIOSAS SUCEDEN EN MEXICO:

Discurso del Senador Belisario Domínguez en contra del régimen de Victoriano Huerta
Señor Presidente del Senado :

Por tratarse de un asunto urgentísimo para la salud de la Patria, me veo obligado a prescindir de las fórmulas acostumbradas y suplicar a usted se sirva dar principio a esta sesión, tomando conocimiento de este pliego y dándolo a conocer enseguida a los señores senadores. Insisto, señor Presidente, en que este asunto debe ser conocido por el Senado en este mismo momento, porque dentro de pocas horas lo conocerá el pueblo y urge que el Senado lo conozca antes que nadie.

Señores senadores :
Todos vosotros habéis leído con profundo interés el informe presentado por don Victoriano Huerta ante el Congreso de la Unión el 16 del presente.
Indudablemente, señores senadores, que lo mismo que a mí, os ha llenado de indignación el cúmulo de falsedades que encierra ese documento ¿a quien pretende engañar, señores? ¿ al Congreso de la Unión?

No, señores, todos sus miembros son hombres ilustrados que se ocupan en política, que están al corriente de los sucesos del país y que no pueden ser engañados sobre el particular. Se pretende engañar a la nación mexicana, a esa patria que confiando en vuestra honradez y vuestro valor, ha puesto en vuestras manos sus más caros intereses.

¿Qué debe hacer en este caso la representación nacional ?
Corresponder a la confianza con que la patria la ha honrado, decirle la verdad y no dejarla caer en el abismo que se abre a sus pies.

La verdad es esta : durante el gobierno de don Victoriano Huerta, so solamente no se hizo nada en bien de la pacificación del país, sino que la situación actual de la República, es infinitamente peor que antes : la revolución se ha extendido en casi todos los estados; muchas naciones, antes buenas amigas de México, rehúsense a reconocer su gobierno, por ilegal; nuestra moneda encuéntrase despreciada en el extranjero; nuestro crédito en agonía; la prensa de la República amordazada, o cobardemente vendida al gobierno y ocultando sistemáticamente la verdad; nuestros campos abandonados; muchos pueblos arrasados y, por último, el hambre y la miseria en todas sus formas, amenazan extenderse rápidamente en toda la superficie de nuestra infortunada patria.

¿A qué se debe tan triste situación ?

Primero, y antes que todo, a que el pueblo mexicano no puede resignarse a tener por Presidente de la República a don Victoriano Huerta, al soldado que se apoderó del poder por medio de la traición y cuyo primer acto al subir a la presidencia fue asesinar cobardemente al presidente y vicepresidente legalmente ungidos por el voto popular, habiendo sido el primero de éstos, quien colmó de ascensos, honores y distinciones a don Victoriano Huerta y habiendo sido él, igualmente, a quien don Victoriano Huerta juró públicamente lealtad y fidelidad inquebrantables.

Y segundo, se debe a esta triste situación a los medios que don Victoriano Huerta se ha propuesto emplear, para conseguir la pacificación. Estos medios ya sabéis cuales han sido : únicamente muerte y exterminio para todos los hombres, familias y pueblos que no simpaticen con su gobierno.
“la Paz se hará cueste lo que cueste “, ha dicho don Victoriano Huerta, ¿habéis profundizado, señores senadores, lo que significan esas palabras en el criterio egoísta y feroz de don Victoriano Huerta ? Estas palabras significan que don Victoriano Huerta está dispuesto a derramar toda la sangre mexicana, a cubrir de cadáveres todo el territorio nacional, a convertir en una inmensa ruina toda la extensión de nuestra patria, con tal de que él no abandone la presidencia, ni derrame una sola gota de su propia sangre.

En su loco afán de conservar la presidencia, don Victoriano Huerta está cometiendo otra infamia; está provocando con el pueblo de Estados Unidos de América un conflicto internacional en el que, si llegara a resolverse por las armas, irían estoicamente a dar y a encontrar la muerte todos los mexicanos sobrevivientes a las amenazas de don Victoriano Huerta, todos, menos don Victoriano Huerta, ni don Aureliano Blanquet, porque esos desgraciados están manchados con el estigma de la traición y el pueblo y el ejército los repudiarán, llegado el caso.

Esa es, en resumen, la triste realidad. Para los espíritus débiles parece que nuestra ruina es inevitable, porque don Victoriano Huerta se ha adueñado tanto del poder, que para asegurar el triunfo de su candidatura a la Presidencia de la República, en la parodia de elecciones anunciadas para el 26 de octubre próximo, no ha vacilado en violar la soberanía de la mayor parte de los estados, quitando a los gobernadores constitucionales e imponiendo gobernadores militares que se encargarán de burlar a los pueblos por medio de farsas ridículas y criminales.

Sin embargo, señores, un supremo esfuerzo puede salvarlo todo. Cumpla con su deber la representación nacional y la patria esta salvada y volverá a florecer más grande, más unida y más hermosa que nunca.

La representación nacional debe deponer de la presidencia de la República a don Victoriano Huerta por ser él contra quien protestan con mucha razón nuestros hermanos alzados en armas y por consiguiente, por ser él quien menos puede llevar a efecto la pacificación, supremo anhelo de todos los mexicanos.

Me diréis, señores, que la tentativa es peligrosa porque don Victoriano Huerta es un soldado sanguinario y feroz, que asesina sin vacilación ni escrúpulo a todo aquél que le sirve de obstáculo.
¡no importa, señores! La patria os exige que cumpláis con vuestro deber, aun con el peligro y aun con la seguridad de perder la existencia. Si en vuestra ansiedad de volver a ver reina la paz en la República os habéis equivocado, habéis creído en las palabras falaces de un hombre que os ofreció pacificar a la nación en dos meses y le habéis nombrado Presidente de la República, hoy que veis claramente que éste hombre es un impostor inepto y malvado, que lleva a la patria a toda velocidad hacia la ruina ¿ dejaréis por temor a la muerte que continúe en el poder ?

Penetrad en vosotros mismos, señores, y resolved esta pregunta : ¿ que se diría a la tripulación de un gran navío que en la mas violenta tempestad y en un mar procelosos, nombrara piloto a un carnicero que, sin ningún conocimiento náutico navegara por primera vez y no tuviera más recomendación que la de haber traicionado y asesinado al capitán del barco ?

Vuestro deber es imprescindible, señores, y la patria espera de vosotros que sabréis cumplirlo.
Cumpliendo ese primer deber, será fácil a la representación nacional cumplir con los otros que de él se derivan, solicitándose enseguida que todos los jefes revolucionarios que cesen toda hostilidad nombren sus delegados para que de común acuerdo, elijan el presidente que deba convocar a elecciones presidenciales y cuidar que éstas se efectúen con toda legalidad.

El mundo está pendiente de vosotros, señores miembros del Congreso Nacional Mexicano, y la patria espera que la honraréis ante el mundo, evitándole la vergüenza de tener por primer mandatario a un traidor y asesino.

Dr. Belisario Domínguez Senador por el Estado de Chiapas 17 de septiembre de 1913

Nota : Urge que el pueblo mexicano conozca este discurso, para que apoye a la representación nacional y no pudiendo disponer de ninguna imprenta, recomiendo a todo el que lo lea saque cinco o más copias, insertando también esta nota, y las distribuya a sus amigos y conocidos de la capital y los estados.
¡Ojalá hubiera un impresor honrado y sin miedo!

NOTA del Andaryego: no es una versión oficial, así que puede tener algunos cambios y errores, pero es muy interesante su lectura!

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