Sunday, August 13, 2006

¿Por qué se trata de aguantar? / Samuel Bedrich

¿Por qué se trata de aguantar?

Durante la tercera asamblea del Peje en el zócalo, Elena Poniatowska lo dijo de forma clara: México ha sido un país de “ya meritos”, de “ya casi”. Los mexicanos fantaseamos con el primer mundo, soñamos con la democracia, deliramos con la igualdad e idealizamos con la justicia, pero siempre nos quedamos a un paso de alcanzarla: en el 93 Salinas nos prometió un TLC que cambiaría nuestras vidas, aparejado vino el despertar de Chiapas y el “error” del 94; en el 88 ganó Cárdenas y cuando estuvimos a punto de ver a la izquierda gobernar el país, se cayó el sistema y “se incendiaron” las urnas; en los mundiales de futbol iniciamos como favoritos y nos eliminan antes de las semifinales invariablemente… casi lo lográbamos.


Nuestros deportistas, salvo las muy contadas excepciones, pasan por las mismas: por poco y se cuelan en el medallero olímpico, pero un esguince, una enfermedad, un mal alimento los detiene: siempre hay algo inesperado que nos deja con la bandera en la mano, con la esperanza de cantar el himno nacional durante la premiación. Somos el país de los miles de recursos, de los millones de seres capaces, de la gran variedad, el país de… la utopía. Terminamos por burlarnos de nosotros mismos y reírnos de las campañas anticorrupción (porque acabamos por caer nosotros mismos en ella). Satirizamos nuestros males: los quemados de San Juanico; ir a comprar refacciones a la colonia Doctores es sinónimo de comprar la misma pieza que recién nos quitaron, nuestros mezcales adulterados que dejan ciegos y después hacemos chistes al respecto… muy bien, lo mexicanos somos sarcásticos, pero tratándose de nuestro futuro… ¿Siempre será así? ¿Crees que estemos irremediablemente condenados a la mediocridad? Yo no. Aprender a quejarme me ha costado al menos 20 años, y me estoy cansando de reírme de mí mismo, de pensar que mis hijos (si algún día los tengo) y sobrinos tendrán que hacer lo mismo, de ver un país que siempre se quedó a la cabeza de los malos y en la cola de los buenos: “Más vale ser cabeza de ratón que cola de león…” ¿Vamos a ser ratones toda la vida? ¿No podemos aspirar a ser leones? 

 Miguel Hidalgo decidió no marchar sobre la Ciudad de México y fue apresado: nuestra independencia duró 11 años; nos quejamos de Montiel, lo mentamos de ladrón, lo acusamos de robo… ¿y qué? El congreso del estado aprueba el presupuesto y con ello lo exonera: el señor debe estar en Francia disfrutando de los impuestos que tú y yo pagamos hace 2 años (¿recuerdas que quisiste salir de vacaciones y no pudiste porque había que pagar impuestos? ¿Te da gusto haber pagado la carrera de sus hijos? ¿No querías cambiar de auto?); ¿Y los hijos de la señora Sahagún? Acusados de robo, pero sólo esperando que el sexenio termine para pasar de nuevo a los archivos del olvido...


 

¿Por qué tenemos que aguantar esto? ¿Es que ahora también nos quedaremos a punto de alcanzar la plena democracia? Millones de gentes no pueden estar equivocadas. Ellos también tienen ocupaciones, responsabilidades, familia.

Acampar es de las cosas más bellas de la vida, pero no en la ciudad. Quienes están ahí, se están esforzando, piensan que su país debe cambiar y han decidido que ya no quieren más “ya mero” ni “ya casi” ni “casi lo logramos”; sí, seguro que hay maneras más originales de manifestarse, como lo que hizo Jesusa Rodríguez y su equipo: representaciones, tours, envoltorios de edificios, y no únicamente con plantones, pero éstos se vuelven necesarios cuando la fuerza del poder se cierra y se ciega ante la necesidad de comprobar que el 0.058% o 240 mil votos (para un padrón electoral de 70 millones equivale en realidad a 0.033% del total del electorado) realmente marcan el triunfo de un candidato. 

Apoyo la lucha. Apoyo los plantones por la salud de México Hoy son plantones, y si la ceguera continúa, mañana serán protestas. ¿Qué tipo de país es el que queremos? Uno, donde la cultura de la queja obligue a nuestras autoridades a trabajar y actuar responsablemente, en que nuestros jóvenes se den cuenta que exigir una buena educación e igualdad de oportunidades son un derecho y no un privilegio de unos cuantos. O preferimos el México mediocre, el del “ya casi”, del “ya ni modo”, “para la otra”. Los países del primer mundo no lo son porque sus gobiernos les dan todo, sino porque el ciudadano presiona a su gobierno: observen a Francia, a Alemania, a los migrantes en Estados Unidos… ¿cabeza de ratón o cabeza de león? Que no nos dejen de nuevo a la mitad del camino: aguantemos con firmeza y exijamos respeto a la exigencia de la población. 

Voto por voto, casilla por casilla. SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCION

Y Si quieren una recomendación para ver noticias son un corte distinto... les recomiendo Narco News... El link a un artículo sobre las elecciones aparece en el título.

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