Mi abuela era una persona muy optimista. Aún en sus últimos días, enferma, cansada y con dificultad para hablar, cuando uno la iba a visitar y le preguntaba el estado de su salud con un "¿Cómo sigues, doña Chela (se llamaba Celia)?", la respuesta era invariablemente "Ya mejor, hijo".
Hago esta pequeña analogía porque cada vez que leo las noticias de lo que sucede en México, me entero, por ejemplo, que la canasta básica (un grupo de productos que se supone es elemental para el sostenimiento de las familias) ha aumentado en 34%, mientras que el Banco de México alega que sólo tenemos una inflación acumulada del 4%. Es como si le preguntara al doctor pueblo lo que opina sobre la salud del país, mientras la abuela-gobierno responde "Ya mejor, hijo, ya mejor"... (sigan leyendo)
Ayer estuvo el secretario de gobernación en la cámara de diputados, y durante toda su intervención se dedicó a decir que en México no pasaba nada, que las bombas del EPR eran "extraordinarios", cuando todo mundo dice que se pudieron prever...
Y así podríamos seguir: el señor Sojo dice que no hay incrementos de precios, el señor Calderón dice que todo está en paz, doña Elba Esther se ríe de todos y mantiene su cacicazgo, los secretarios de defensa y marina alegan que no tienn a nadie retenido (y hay más de 700 presos políticos)... total que tenemos un gobierno "abuelita optimista" (y que me perdone mi abuela por hacer esta comparación, porque ella no era panista ni priísta; seguro me mandaría a volar si leyera esto).
Creo que doña Chela lo hacía para no preocuparnos y para no vernos tristes, pero cuando lo escucho venir del gobierno, siento que nos quiere tratar como niños y más bien nos está engañando de una forma burda e infantil.
Mi otra abuela era distinta. No sé si la deba llamar pesimista o realista, pero ella cuando se sentía mal, simplemente lo decía.
La vida es particularmente justa: a todos nos toca aire para respirar y un buen día nuestro cuerpo llega a su momento final de rendimiento y todo se extingue. Somos sers vivos porque morimos.
Al final, mis dos abuelas murieron, justo como a todos no pasará. Pero yo, de esta analogía obtengo algo más: puedes decir que te sientes bien o mal, pero en el fondo, el médico es el que conoce tu salud. En México, nuestros doctores dicen que estamos en problemas: hepato-grupos armados, gastro-narcotráfico, cardio-corrupción, arterio-fraudes electorales, encefalo-políticos mentirosos, y meta-inflación incontrolada... pero Felipillo, el niño de la silla grande, y su séquito de secuaces, dice que "ya estamos mejor"
Justo en el momento que hago la nota, sale el mismo espurio presidente para decir que siempre no habrá aumento por ahora (así es... se retractaron estos panistas, pues saben que están en el banquillo de los acusados y que están en la tablita de proa, a punto de caer a los tiburones). Ahora el enojo será de los Estados, quienes se supone recibirían esos ingresos...¿o no?
Un gobierno que no sabe hacia dónde va y un presidente que pide a "los que han tenido más oportunidades", que den a los que no las han tenido: basta con que los políticos que han robado sean enjuiciados y que los grandes barones del dinero paguen sus impuestos, que dejen de usar a Pemex como botín, y al final nos dejen de engañar. (Las caricaturas son todas de La Jornada)
El Andaryego se va pal norte unos días, y luego a Huaraz... pero no por eso me desconectaré de mi querido blog y de mis 2.. perdón, ya son como 4, lectores.
Creo que doña Chela lo hacía para no preocuparnos y para no vernos tristes, pero cuando lo escucho venir del gobierno, siento que nos quiere tratar como niños y más bien nos está engañando de una forma burda e infantil.
Mi otra abuela era distinta. No sé si la deba llamar pesimista o realista, pero ella cuando se sentía mal, simplemente lo decía.
La vida es particularmente justa: a todos nos toca aire para respirar y un buen día nuestro cuerpo llega a su momento final de rendimiento y todo se extingue. Somos sers vivos porque morimos.
Al final, mis dos abuelas murieron, justo como a todos no pasará. Pero yo, de esta analogía obtengo algo más: puedes decir que te sientes bien o mal, pero en el fondo, el médico es el que conoce tu salud. En México, nuestros doctores dicen que estamos en problemas: hepato-grupos armados, gastro-narcotráfico, cardio-corrupción, arterio-fraudes electorales, encefalo-políticos mentirosos, y meta-inflación incontrolada... pero Felipillo, el niño de la silla grande, y su séquito de secuaces, dice que "ya estamos mejor"
Justo en el momento que hago la nota, sale el mismo espurio presidente para decir que siempre no habrá aumento por ahora (así es... se retractaron estos panistas, pues saben que están en el banquillo de los acusados y que están en la tablita de proa, a punto de caer a los tiburones). Ahora el enojo será de los Estados, quienes se supone recibirían esos ingresos...¿o no?
Un gobierno que no sabe hacia dónde va y un presidente que pide a "los que han tenido más oportunidades", que den a los que no las han tenido: basta con que los políticos que han robado sean enjuiciados y que los grandes barones del dinero paguen sus impuestos, que dejen de usar a Pemex como botín, y al final nos dejen de engañar. (Las caricaturas son todas de La Jornada)
El Andaryego se va pal norte unos días, y luego a Huaraz... pero no por eso me desconectaré de mi querido blog y de mis 2.. perdón, ya son como 4, lectores.
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